
Si algo ha quedado muy claro con la COVID-19 es la urgencia de establecer marcos legales regulatorios para el teletrabajo, una modalidad muy usada en países desarrollados, pero hasta inicios de la pandemia, poco popular en la República Dominicana.
Las razones por las que el teletrabajo resulta tan atractivo son varias: mayor flexibilidad en el cumplimiento de horarios, reducción de gastos de oficina, menos desplazamientos y por ende, ciudades menos contaminadas, entre otros beneficios que colocan este tipo de modalidad laboral como una alternativa viable para preservar la salud de colaboradores y mantener la productividad de la compañía.
De acuerdo con los datos suministrados por el Ministerio de Trabajo, en el país existen 3,271 empleados, en alrededor de 165 empresas que laboran de forma remota. Se trata de una modalidad utilizada sobre todo, por compañías de transporte, almacenamiento, comunicaciones y servicios de intermediación financiera.
A pesar de que existen numerosos beneficios, son muchos los retos que tienen las empresas y los colaboradores dominicanos, a la hora de poner en marcha el trabajo a distancia, como son las horas laborables, conciliar las labores con los quehaceres del hogar (tomando en cuenta que más del 50% de las personas que realiza teletrabajo son mujeres).
Ante esta realidad, el diputado Orlando Jorge Villegas sometió en la Cámara Baja una iniciativa para regular esta práctica en el país. La misma cuenta con algunos puntos clave que vienen a ofrecer parámetros y responsabilidades puntuales, tanto a las empresas como a los empleados, a la hora de establecer compromisos contractuales en el marco del teletrabajo.
Algunos elementos claves y positivos de este proyecto de ley son:
Establece que el empleador debe suministrar las herramientas de trabajo necesarias para el cumplimiento de las tareas.
Limita las horas de trabajo.
Todavía la iniciativa no ha sido promulgada y, debido a los pro y contras que presenta el teletrabajo, sobre todo cuando se realiza desde los hogares, muchas empresas y profesionales independientes han optado por cambiarse al modelo coworking y/o de oficinas flexibles, el cual ofrece los beneficios de reducción de costos, flexibilidad en el cumplimiento de horarios, pero otorga la formalidad y los espacios necesarios a la hora de realizar reuniones, encuentros o pitch meetings con clientes potenciales.
Otra de las ventajas de las oficinas flexibles y espacios de coworking es que cuentan con servicios personalizados en un solo espacio, de acuerdo con las necesidades de cada particular o empresa. En el caso de THRIVE Dominican Republic, nuestros miembros pueden pasar de trabajar en nuestra área común con una impresionante vista del centro de Santo Domingo, a uno de los phone booths disponibles en nuestras instalaciones, para realizar llamadas o encuentros virtuales con total privacidad y sin las distracciones que pudiéramos enfrentar en nuestros hogares u oficinas abiertas.
Está en las empresas y los profesionales elegir el modelo más adecuado para su productividad y en THRIVE contamos con los espacios y las herramientas para hacerle la vida más cómoda y eficiente a cada uno de nuestros miembros.